Admito tener la edad suficiente para recordar cuando los teléfonos se usaban para hacer llamadas, y nada más. Pero, en realidad, estoy bastante contento con los múltiples usos del teléfono celular moderno. Como muchos de ustedes, mi vida se centra en mi celular. Tengo mis contactos, mi correo electrónico, mis mensajes de texto, incluso mis operaciones bancarias y mis viajes disponibles gracias a él. Parece un nombre inapropiado llamarlo teléfono. Siendo honesto, admito que juego algunos videojuegos en mi teléfono con mi esposa y amigos. A veces me preocupa pasar demasiado tiempo en el teléfono.

Creo que no vivo en mi teléfono como lo hacen las generaciones más jóvenes. El tiempo que los jóvenes pasan en sus teléfonos es, francamente, perjudicial, debido a su inmadurez. No permitimos que los niños de doce años conduzcan ni beban alcohol, pero la mayoría de los padres no se dan cuenta de lo destructivo que es el uso del teléfono para el desarrollo emocional y social de sus hijos. Los niños se engañan a sí mismos al usar inteligencia artificial para que haga sus tareas, y a menudo es demasiado fácil dejar que el teléfono responda preguntas en la escuela si se les permite tener uno en clase. Prefieren escribir mensajes con mala ortografía, emojis y jerga que hablar cara a cara. Se pierden la oportunidad de experimentar el mundo cuando tienen la cara pegada en el teléfono todo el tiempo. Entonces, ¿qué podemos hacer?

Lo primero que recomiendo es asegurarse de que los padres sepan qué hay en los teléfonos de sus hijos. Deben establecer límites en el tipo de aplicaciones y enlaces. El software está disponible. Desde pornografía hasta sitios violentos, hay mucho de qué preocuparse. También me han hablado de una organización llamada Affinity Esports (https://www.affinityesports.gg/). Por favor, revisen lo que hacen para ayudar a abordar el problema de la adicción a los videojuegos. Creo que deberían insistir en que su escuela controle los teléfonos celulares de los estudiantes durante la jornada escolar. En casa, también deberían controlar los teléfonos de sus hijos, especialmente mientras hacen las tareas y por la noche, cuando se supone que deben estar durmiendo. Empecemos por ejercer nuestro control como padres. Y, por cierto, los padres deben ser buenos ejemplos a seguir: nada de teléfonos en la mesa. Conversen. Insistan en obtener descripciones honestas de las actividades del día.

El teléfono celular moderno es un dispositivo extraordinario. Puede ser una herramienta maravillosa o muy peligrosa. Es su decisión.

El Dr. Robert B. Golenbock está actualmente jubilado. Ha cuidado a niños en el área de Danbury durante 43 años, incluyendo en el Centro de Medicina Pediátrica (CPM). El CPM está ubicado en 107 Newtown Rd, #1D, Danbury, CT, 06810. Para más información, llame al (203) 790-0822 o visite su sitio web: https://centerforpediatricmedct.com.